Caminos abandonados y dominados por piñas y pinocha, por jarones y escobones, pero que ante todo nos acercan a tiempos en que nuestros abuelos subían a por leña y brea, o para buscar y canalizar el bien más preciado, ahora no valorado, el agua.
Historias de caminos inverosímiles que desaparecen con el tiempo y el olvido, un libro abierto para quien quiera leer sus páginas, escritas en su mayor parte por la naturaleza que da al paisaje una gran fuerza y en las que el hombre sólo escribió unos pocos párrafos cuando este rincón "existía".
En cuanto a como llegar, es un "largo y abandonado camino", pero a la parte del cauce se puede llegar fácilmente bajando desde el final de la pista de madre del agua (varios kilómetros después del campamento) o por la pista de las Majadas que sube desde el barrio de El Río en Arico (al final del asfalto quedan 3 kms. de tierra apta sólo para todoterrenos).
Mejor que sigan hablando las fotos.
Espero que hayan disfrutado con las fotos. La verdad que este lugar no se puede transmitir sólo con imágenes y palabras, hay que vivirlo, pero espero que perciban parte de la fuerza que tiene este rincón. Saludos José Juan.
Sorprende que aún queden sitios de tan singular belleza en Tenerife. Un material gráfico muy cuidado y expresivo.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias por el comentario _azul. Me alegro de que te gustara ese rincón de Tenerife, la verdad que tiene algo especial, y a poco que te acerques a él sales empapado de vida y energía.
ResponderEliminar